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Juventud, inteligencia y esfuerzo, Baldomero Ángeles Sánchez, egresado CONALEP que brilla y alumbra a otros

Cuando fue niño y adolescente a Baldomero Ángeles Sánchez solo había algo que le gustaba tanto como las matemáticas: ir al bosque a espantar murciélagos y a cosechar piñones.

Cadereyta de Montes, Querétaro, lo vio nacer hace 22 años en la comunidad “Los Juárez”, lugar con muchas necesidades, donde solo había una primaria, una secundaria y un telebachillerato.

En la bolsa de su pantalón del uniforme siempre había un trompo, unas canicas o unos “tazos” con los que jugaba en el recreo con sus amigos de la primaria.  Pese a ser el más destacado en matemáticas en toda la escuela nunca fue aplicado, ni lo elegían para la escolta, era un niño como todos al que le gustaba la música tradicional, tocar la flauta y leer cuentos.

En su niñez, su mamá Gloria le recordaba lo importante de estudiar mucho para salir adelante en ese difícil lugar donde vivían, y su abuelo Aurelio, con el que pasaba siempre sus vacaciones, le enseñaba el amor por las matemáticas y por la naturaleza, el pequeño Baldomero le ayudaba a cuidar infinidad de árboles de piñón, duraznos y manzanas.

“Mi infancia fue muy feliz, todavía recuerdo el aroma de las tortillas que mi abuelita echaba en el comal cuando regresábamos del huerto, el aroma de los chilaquiles de mi madre, que siempre me han gustado, y las caricaturas de “El chavo del ocho” con las que me divertía y aprendía cosas de la vida”.

Este seguidor del equipo de futbol América, ya adolescente, ingresó a la secundaria de su pueblo donde su pasión matemática no lo alejó de hacer cosas de chamacos, como irse de pinta a las cuevas de murciélagos, salir a recoger hongos o tener muchas amigas.

En esta época de secundaria, para ayudar en la economía del hogar y sin el permiso de su padre, junto con su hermano, tomó trabajos como chalán de albañil en construcciones. “Mi papá es trabajador de la construcción y no quería que nos metiéramos en esa labor, siempre dijo: ´No quiero que terminen como yo´; pero reconozco a mi padre como un hombre muy inteligente, que hizo todo por sacarnos adelante”.

Baldomero terminó la secundaria con promedio de 8 y entonces se inscribió a la preparatoria que tenía a la mano en “Los Juárez”: el Telebachillerato Comunitario, donde solo estuvo 6 meses, porque la vida le puso otro escenario frente a sus ojos: seguir estudiando en otro lugar donde pudo explotar su gusto por las matemáticas y proyectarse como un profesional exitoso.

En el momento de inscribirse al Telebachillerato, el padre de Baldomero ya era comisariado en “Los Juárez, es decir, tenía que ver con la implementación de las decisiones tomadas por la comunidad. 

Con ese nuevo encargo su padre conoció a Cruz Araujo Ávila, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) de Querétaro. Durante una comida familiar y reconociendo la habilidad de Baldomero para las matemáticas, Cruz Araujo lo invitó a conocer la empresa Altratec (Alianza para la Transferencia Tecnológica Alemania-México), en Toluca, Estado de México.

Altratec nació en 1993 e introdujo en México el modelo de Educación Dual (ED) alemán, mediante el cual el alumno se forma en el entrenamiento continuo en un centro especializado inter-industrial y en la empresa colaboradora. Este modelo busca desarrollar las habilidades de los estudiantes en un entorno laboral real, complementando lo aprendido en el aula con la experiencia práctica. Altratec capacita y certifica técnicos de alto rendimiento, su servicio es muy cotizado en México, y cuenta con estudiantes destacados de todo el país.

A los padres de Baldomero les parecía ese escenario demasiado extraño y peligroso para su hijo, pero el joven se aferró, hizo examen de admisión y fue aceptado de inmediato.  “Después de aceptarme, Altratec me acercó al CONALEP, plantel Gustavo Baz, para estudiar la carrera Máquinas y herramientas en la modalidad de Educación Dual. Hoy tengo mi certificado como técnico bachiller por parte de Conalep, en México, y mi certificación Alemana, por parte de Altratec”.

Muy interesado por el éxito de Altratec, en el año 2021, Cruz Araujo Ávila abrió en Querétaro el Centro Interindustrial de Formación Dual.

Durante la pandemia de Coronavirus Cruz Araujo Ávila invitó a Baldomero a trabajar con él en la CTM, pero el joven se dio cuenta que no era lo suyo, Cruz Araujo decidió entonces pagarle una beca para estudiar con él en el Centro Interindustrial de Formación Dual y que al mismo tiempo trabajara en la empresa aeronáutica SAFRAN.

Hoy, Baldomero Ángeles Sánchez repara y da mantenimiento a motores de aviones en SAFRAN y gana elevados honorarios por sus servicios, también como parte su labor en la CTM, lleva a cabo acciones para incluir en el contrato colectivo de trabajo de las empresas becas para los hijos destacados de los trabajadores y que así puedan desarrollarse a través de la Educación Dual.

Baldomero se siente orgulloso de que CONALEP le dio la oportunidad de estudiar la carrera Maquinas y herramientas que le abrió la puerta para poder trabajar en Altratec. “Si no hubiera conocido el centro de Educación Dual Altratec, yo hubiera siempre elegido al CONALEP, porque te ofrece la práctica y tienes la oportunidad de ir a empresas. Para mí es maravilloso el Colegio, soy orgullosamente CONALEP”.

“Hoy a mis 22 años soy muy feliz, tengo muchos retos por cumplir, estoy muy satisfecho de lo que he logrado, incluso me va muy bien económicamente.  Pero si quiero decir que la vida no solo se trata de lo material, sino de que puedas ayudar a otras personas, me gusta ayudar a quienes lo necesitan a través de despensas y otro tipo de apoyos. Hay que ver por los que verdaderamente necesitan”.   

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